martes, 11 de octubre de 2011

Corren malos tiempos, para casi todo el mundo, claro, siempre hay unos privilegiados que por su culpa estamos envueltos en esta crisis. Para empezar voy a relatar con un diario que encontré hace poco en la calle cuando viajaba por madrid en un asunto personal.

Día 10 de marzo.

Hoy nos han echado de casa, como nos avisaron hace 3 meses, nos iban a hechar por no pagar, no esque no quisieramos pero esque no podiamos, José en paro desde hace 1 año, desde que lo hecharon de la factoria de coches sin motivo aparente, claro ellos se justificaban con el ere de la empresa, yo Agustina, enferma de osteoporosis me encuentro sentada, enferma, sin ganas de nada, solo al llorar ya me duele todo, he ido al medico pero sugieren que me espere durante 2 años ya que la lista de espera ha subido mucho debido a muchos recortes de sanidad. Cuando ha venido este señor, vestido de negro he llorado, no podía hacer otra cosa, mi marido ha empezado a recojer un poco de ropa, las imagenes, mientras yo estaba con los niños aquí en la puerta. Cuando se proponía a entrar, unos jovenes han aparecido por la escalera gritando, no a la expulsión, no a la expulsión! no sabemos como, ni porque pero aparecieron mas y mas jovenes con pancartas, estaba la calle llena de gente gritando encontra del hombre de negro, no sabíamos que hacer, de repente apareció la policia, eran 5 o 6 camiones llenos de ellos. Hicieron un cordon, los jovenes protestaban y los policias los echaban, de repente alguien lanzo algo y los policias actuaron, vi como corrian de arriba para abajo, a porrazos limpios, cuando me di cuenta de la situacion, baje como pude las escaleras y con un megáfono grite con mis pocas fuerzas ¡basta ya!, nos marcharemos, no queremos en nuestra cabeza que la gente pelee por nosotros, tal cual salimos un hombre que estaba mirandome, me miró y se acercó amí y con estas palabras me dijo:

-no vais a quedaros solos, voy a ofreceros un piso de alquiler todo pagado hasta que podais mejorar vuestra situacion, es mas sin pagar ni nada os daré ademas comida y todo lo que pueda para vuestros hijos.

En aquel momento me desmayé, cuando desperté estaba en una ambulancia con mi marido y mis hijos, lloraban, pero no de tristeza si no de alegría, la crisis no solo había dañado a la economía sino que también habia cambiado el corazón de las personas.

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